Paseábamos bajo los plátanos
escuchando el tímido murmullo
de las viejas fuentes.
Siempre mirábamos hacia arriba
dibujando caminos en la roca,
deseando seguirlos algún día.
A media tarde, sin haber comido aún,
cansados y contentos,
la brisa de la tarde nos refrescaba.
Sonreíamos felices,
sin pretensión alguna,
sin dejar de soñar.
Todo era simple,
nada estaba reglado,
no había prisa alguna.
$\diamond$
divendres, 24 de juny del 2022
Tardes mágicas
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