Siempre cara me fue esta yerma colina Y este seto, lo que tanta parte del último horizonte ver me impide. Sentado aquí, contemplo interminables espacios detrás de ello, y sobrehumanos silencios, y una calma profundísima mi pensamiento finge; poco falta para que el corazón se espante. Escucho el viento susurrar entre las ramas, y comparando voy a aquel silencio infinito esta voz; y pienso entonces en lo eterno, en las muertas estaciones y en la presente, rumorosa. En esta inmensidad se anega el pensamiento, y el naufragar en este mar me es dulce. Giacomo Leopardi ( 1798-1837 ) poema Juventud ( colinas de Recanati, septiembre de 1819 ) |